El dato que esperamos

Repasado el Anuario del Ministerio de Educación, y centrándome especialmente en el apartado de becas y ayudas a estudiantes, parecerá extraño escribir este artículo sobre lo que no está en lugar de lo que sí aparece en ese documento. Escribir sobre los datos que faltan, en lugar de basarme en los que nos dan. Pero la realidad es que falta el dato que todos conocemos y que queremos escuchar de la boca del gobierno: la caída libre de las ayudas económicas a los estudiantes en los últimos años.

Me ha faltado una comparativa, de los últimos cinco años por ejemplo. Me ha faltado una gráfica sencilla de datos exactos y no manipulados que muestre cómo caen en picado los presupuestos para este ámbito. Un símil de lo que está pasando con la educación en este país despreocupado por las generaciones que el día de mañana tendrán que sostenerlo.

Esos datos que todos conocemos, no globalmente, sino personalmente son demoledores. Son los que se comentan en la intimidad de cada hogar. Los conocemos personalmente porque lo vivimos a diario. En un año, a un servidor le han reducido la ayuda de 3366€ a 1500€, y lo triste es que ¡he tenido suerte! He tenido suerte porque en otros casos el desplome ha pasado de la misma cifra a 100€, da para pagar el agua y la luz un mes, y si gastas poco incluso puedes comprar el pan. Pero también hay que considerarse afortunado, porque en otros casos la ayuda ha bajado hasta un rotundo ¡NO! No hay ayuda, ni premio por sacar adelante con esfuerzo todos sus estudios universitarios.

Son tres casos cercanos, como los tendrá usted. Y por cierto, no es que sea de esos negativos que sólo cuentan los casos en los que se ha salido perdiendo, es que no he conocido hasta la fecha ningún caso en el que se haya mantenido la misma ayuda económica del curso pasado a éste. Preocupante. Si sumamos uno, y otro, y otro, los míos, los suyos, y los del resto, llegaremos a la conclusión de que los datos en una gráfica deben mostrar un desplome brutal. Justo el dato que no he encontrado.